domingo, 5 de febrero de 2017

Los extranjeros tienen la culpa

Ahora que el mundo está prestando atención a todo el revuelo que Trump está causando en los Estados Unidos, el debate sobre la inmigración volvió a estar en las primeras planas de nuestro querido país. Mientras los debates sobre esta temática van tomando lugar en nuestras mesas, así también lo hace la violencia. La culpa, obviamente, es del extranjero.

El extranjero es aquél que nació fuera de este país, que vivió una vida de la cuál no sabemos nada, pero que viene a la Argentina con un propósito maligno: robar. O al menos eso es lo que algunos de nuestros compatriotas piensan. Según un informe de La Nación publicado en noviembre de 2016, sólo el 6% de la población carcelaria proviene de otros países. Un reporte de Infobae de enero de 2017 habla de un 21%, por lo que tomando el peor de los escenarios, estamos hablando de 2 condenados extranjeros por cada 8 condenados argentinos. Terrible, ¿no?

Ellos se van de sus países porque no consiguen trabajo y vienen acá porque reciben todo: un trabajo, educación y sanidad gratuita. Después de todo, ¿quién se va de su país sólo para buscar una mejores condiciones de vida? (ajam, ajam, 2001, ajam).

El inmigrante extranjero es el culpable de todo porque, sin querer, pone en evidencia nuestra ignorancia. La ignorancia es el fuego con el que se cocina la el odio y la xenofobia. Y esto es algo preocupante. Preocupante porque criticamos a un tipo que está a 10.000 KM de nuestra casa, por querer construir una muralla, pero no decimos nada sobre las murallas que construimos en nuestras mentes a diario.

Es verdad: la Argentina necesita reforzar sus controles fronterizos. Pero la culpa no la tiene aquél que sale de su país en busca de una vida mejor (¿Qué otro motivo podría tener una persona bienintencionada?). Es responsabilidad del Estado. Necesitamos una política firme y coherente, que bloquee el paso a quienes ya estén siendo buscados por la justicia, pero que se lo ceda a quién simplemente busca una vida mejor.

Es imposible no tener prejuicios. Nuestro cerebro hacer generalizaciones para simplificar sus procesos y entender más fácilmente el mundo que nos rodea. Lo que sí podemos hacer es tomar consciencia de los que nosotros tenemos, e intentar que nos afecten lo menos posible.

Compatriotas, yo les pregunto: ¿Qué es la Argentina? Este país fue poblado y levantado por inmigrantes (La aniquilación de los pueblos nativos es un tema que no quiero tocar ahora). Abracemos esta oportunidad, aprendamos a convivir con quienes son de otro lado y respetemos la dignidad de todos.

Agradezco a quienes se hayan tomado el tiempo de leer hasta acá. Hubiera querido escribir un par de cosas más, pero no quiero que el post termine siendo demasiado largo. Si quieren leer un poco más, acá comparto algunas de mis fuentes:

- Las cárceles argentinas, en números - La Nación

- Los números de los delitos cometidos por extranjeros en la Argentina - Infobae









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